Nos han quitado la dignidad por ser pobres, vulnerables, rebeldes, por representar al pueblo, por ser inmigrantes, gays, lesbianas, niños, niñas, madres, hijas, hermanas y trabajadoras. ¿Quiénes nos han quitado la dignidad?: los poderosos, las poderosas, abusadores y abusadoras. Aquellos que replican a diario parte de sus historias. Quienes se miran al espejo y son castigadores y castigadoras. Aquellos y aquellas que replican parte de sus dolores en nuestros cuerpos. Aquellos y aquellas que se sienten superiores y que tienen un discurso que no dialoga con la praxis. Aquellas y aquellos que nos abandonaron por creernos inferiores.
Nos han quitado la dignidad quienes coartan nuestros caminos a diarios; quienes salen con dragones a la calle; con soldaditos de plomo, cargados de muerte y dolor. Aquellos y aquellas dictadores y dictadoras que no se han muerto; que necesitan perder su dignidad para comprender el dolor de otros y otras. Aquellos que hasta ahora no nos explican dónde están los que partieron, sin buscar partir.